Aviso:
“QUIENES ESTAMOS CONSCIENTES DE LA GRAN OBRA DEL GOBIERNO MILITAR,
ANULAREMOS NUESTROS VOTOS EN LAS FUTURAS ELECCIONES (DE CONCEJALES),
EN DEMANDA DE LA LIBERTAD DE LOS SALVADORES DE CHILE ENCARCELADOS,
Y POR EL FIN DEL PREVARICADOR ACOSO JUDICIAL EXISTENTE EN CONTRA DE ELLOS”

jueves, 22 de enero de 2009

Prólogo de "De la Vía Chilena a la Vía Insurreccional" Eduardo Frei Montalva.




El ex Presidente de la República Eduardo Frei Montalva, en el Prólogo del libro de Genaro Arriagada Herrera "De la Vía Chilena a la Vía Insurreccional", Editorial del Pacífico, 1974, entre otras conceptualizaciones expresó:


"En América latina y en Europa, especialmente en Francia e Italia, el caso chileno podía servir como un ejemplo a quienes, al ver cortados otros caminos, tenían la esperanza de llegar al poder a través de elecciones y demostrar así que el comunismo y los partidos de inspiración marxista-leninista y sus gobiernos podían ser compatibles con el régimen democrático y sus instituciones"
"Para una vasta gama de snobs y de pseudos izquierdistas internacionales resultaba muy ventajoso adherir, sin riesgo para ellos, a un ensayo no siempre fácil de disponer en las sociedades humanas.


"Hubo también muchos que miraron con simpatía este proceso, porque observan las profundas grietas que descubren el régimen capitalista y advierten que es inevitable el cambio hacia nuevas formas en la vida social".

"Les angustia pensar que el traspaso de una sociedad a otra sólo será posible cayendo en la violencia y perdiendo la libertad. Por lo mismo, cuando se ofrecía un intento que parecía resolver este dilema, lo siguieron con verdadero interés.

"Todas estas razones contribuyeron a presentar el caso chileno con sus mejores luces. Así se ignoraron deliberadamente antecedentes que permitieran un juicio justo y equilibrado. Sólo en los últimos meses, al ver la dimensión de la catástrofe, algunos expresaron reservas.

"El fin de esta experiencia, que por distintas causas despertaba tan grande interés, no podía menos que producir una conmoción muy profunda.


"Se derrumbaba con sangre y violencia una antigua y ejemplar democracia y fracasaba un modelo en el cual se habían puesto grandes esperanzas.


Como lo único importante para la Unidad Popular era conquistar el poder político, no se preocupaba que toda una organización industrial, minera o agrícola se derrumbara. Lo que valía era el dominio político. Cada sindicato, empresa cooperativa u organización de base social se consideraba sólo como un instrumento para la conquista del Poder. Por eso se desplazó al hombre que sabía su oficio por el que podría ser útil en la maniobra partidista. Por eso se distorsionó todo el proceso de desarrollo político, cultural, económico y social que este país venía viviendo".

"Este irrealismo dogmático, este proceso de ideologismo desenfrenado que alcanzó a sectores no sólo marxistas sino a otros más amplios del país, no permitió a muchos ver el abismo al que se caminaba.

"Al mismo tiempo se hizo evidente una acción destinada a penetrar a las Fuerzas Armadas lo que provocó incluso algunas tentativas de rebelión.

"La importación de armas, la organización de fuerzas militarizadas, la presencia de extranjeros pertenecientes a movimientos extremos que intervenían en la vida interna del país, los intentos de penetración que alteraban su disciplina, y diversos otros actos y declaraciones que las afectaban –como puede comprobarse en este libro- provocaron en ellas un cambio profundo en su actitud."


Estas razones fueron, en último término, las que indujeron al pronunciamiento militar de Septiembre de 1973. No hay duda de que por largo tiempo trataron de evitar la ruptura con el Gobierno y se resistieron largamente a intervenir. Ese es un hecho histórico que es imposible desconocer.

"La Unidad Popular nunca dejó de ser una minoría. Minoría en el Parlamento, en los municipios y en las organizaciones, en la base social. A pesar de estas condiciones, su Gobierno jamás se resolvió a buscar una solución de compromiso, sino que, por distintos procedimientos, quiso imponer un modelo que la mayoría del país rechazaba".

Categóricamente afirma el ex Presidente de la Republica Eduardo Frei Montalva:

"En el fondo manifestó siempre un desprecio profundo por el sistema democrático y una expresa voluntad de llegar, a cualquier precio, a la conquista del Poder total.

"Si se examinan a través de las páginas de este libro ( "De la Vía Chilena a la Vía Insurreccional", Editorial del Pacífico, 1974, ) algunos de los distintos y numerosos documentos del Partido Comunista, del Partido Socialista, y para qué decir de los emanados de los movimientos de izquierda revolucionaria, se puede constatar que para ellos la democracia existente en Chile era una democracia falsa y formalista que era necesario destruir para construir otra. Esta era la tesis de sus teóricos y la conclusión de todos sus congresos. ¿Por qué respetar entonces esa democracia que era –según ellos- una gran farsa y un tremendo engaño? ¿Por qué ahora, perdida, se le añora y se la defiende cuando antes se la ridiculizó y execró sistemáticamente?


Qué paradoja es llorar hoy sobre una democracia que dijeron nada valía y que algunos llegaron a calificar de oprobiosa. Lo que más se llegó a conceder fue un cierto grado de prudencia táctica para no precipitar su caída. Lo lógico entonces era no respetar las reglas y tratar por todos los medios de imponer un nuevo orden. Por eso el sectarismo era una virtud y la exacerbación del odio un medio necesario. Cualquier búsqueda de un acuerdo se calificaba de debilidad y cobardía.

"Todo tenía un valor instrumental. Ningún principio y ninguna norma eran válidos, salvo uno: conquistar el Poder total"

"En el año 1972 el Pleno Socialista declaraba:

"El Estado burgués en Chile no sirve para construir el socialismo y es necesaria su destrucción".
"Para construir el socialismo de los trabajadores chilenos deben ejercer su dominación política, deben conquistar todo el Poder. Es lo que se llama la dictadura del proletariado".
"Para los revolucionarios, la solución no está en esconder o negar el objetivo de la toma del Poder".
"Rehuir el enfrentamiento o moderar la lucha de clases constituye un gravísimo error".
"Para los socialistas cada pequeño triunfo eleva el nivel del próximo choque. HASTA QUE LLEGUEMOS AL MOMENTO INEVITABLE DE DEFINIR QUIEN SE QUEDA CON EL PODER EN CHILE".( en mayúscula en el original).



"Podría decirse que éste es el proceso de fondo que rompió primero en la mente y después en los hechos la posibilidad de una convivencia y el respeto a la ley, condiciones que habían hecho posible la democracia en Chile, aún con todos sus defectos.

"Desde el momento en que se niega el valor objetivo al sistema democrático y se establece como premisa no discutible que es una clase social la que tiene la verdad y un partido el que la interpreta, el problema se reduce a una estrategia de conquista del Poder.

"La transición exige la destrucción de la actual sociedad para edificar sobre sus ruinas la dictadura del proletariado que conduzca a la nueva sociedad. Quien se oponga al proceso es un enemigo que es necesario aplastar.

"Este fue el esquema que operó en Chile y ésta una de las razones por las cuales jamás hubo el intento serio de entenderse con la Democracia Cristiana o con otras fuerzas democráticas. Y esto fue evidente en la forma vejatoria como se trató y excluyó al Partido Radical de Izquierda, integrado por hombres de más de treinta años de militancia, algunos de los cuales formaron el año 1938 el Frente Popular, miembros de la Unidad Popular, y que fueron candidatos de la izquierda a cargos parlamentarios y pre-candidatos de ella a la Presidencia de la República.

"¡Si a los amigos de adentro, partidarios y colaboradores de largos años, se les trataba así, qué podían esperar los otros!.


"Reveladora es en este aspecto la entrevista a un alto dirigente comunista publicada en "La Stampa" el 26 de octubre de 1973, en la cual establece que ellos buscaban una solución política, pero que en los últimos días se encontraron con el discurso del Secretario General del Partido Socialista contra las Fuerzas Armadas y "con su obstinado maximalismo al igual que el de Enríquez, jefe del MIR, y por eso nos hemos encontrado sin preparación para el golpe".


"Las armas que teníamos –agrega-, de los cuales los generales han descubierto una mínima parte, desgraciadamente eran pocos los que las sabían usar, porque no había habido tiempo suficiente para adiestrar a la masa popular".

"No se difería, pues, en cuanto a los objetivos, sino en las tácticas para ganar tiempo.

"Estas tesis dogmáticas aplicadas en Chile han tenido consecuencias similares en cualquier lugar de la tierra y las seguirán teniendo de acuerdo a las características propias de cada país donde se intente realizarlas.

"Raymond Aron escribió en uno de sus ensayos: "El socialismo que Fidel Castro quería en sus primeras conversaciones con J.P. Sartre ha seguido la misma línea que los socialistas de la Europa Oriental, no por la influencia de Moscú sino por una suerte de fatalidad interna".

"En el caso chileno la importación de este esquema tuvo connotaciones que aceleraron su desenlace porque, así como se equivocaron en lo ideológico, desconocieron absolutamente la realidad concreta donde se iba a operar.

"Esta conjunción de dogmatismo en las ideas e irrealismo en la acción ha sido fatal para Chile y, en gran medida, cada vez que se intenta, para toda América Latina.



"Los chilenos hemos recibido un castigo a nuestro orgullo.

"Muchas veces pensamos que constituíamos un mundo aparte en América Latina y que la democracia era un juego donde se podían tolerar todas las demasías, donde las calidades eran despreciables, y el apetito del Poder la suprema norma. La verdad es que en el camino se corrompieron los fines y los medios.

"Cuando los que gobiernan no sólo son arrastrados por esta ola sino que la empujan, nadie se escapa y la sociedad entera es presa de aquel torbellino funesto.

"Es la enseñanza que debiéramos aprender.

"El futuro de Chile, como nación que ha tenido una Historia llena de dignidad, no se forjará en la imposición, ni en la revancha.

"Desde los tiempos de Portales y de Montt ésta ha sido una empresa de todos. La autoridad puede haber sido firme, pero jamás excluyente ni sectaria.


"Sólo así construiremos una sociedad abierta, progresista, dinámica, en la cual no hayan privilegiados, hacia eso ha tendido en una forma u otra la Historia de este país, por excelencia unitario, respetuoso del derecho de cada uno, realista y soñador.

"Si esta lección se aprende, el dolor que ha vivido no será inútil, ni para Chile ni para otras naciones que quieran reflexionar sobre tan dura experiencia".





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